Los puntos suspensivos se usan cuando conviene al escritor dejar la oración incompleta y el sentido suspenso. También cuando se necesita pararse un poco, expresando temor o duda, o para sorprender al lector con lo inesperado de la salida, por ej: ¿Qué pasó a noche?
Si yo te contara... Tronó el monte, ¿y qué pario?... Un simple ratón.
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